Ahora mismo hay mucho ruido en todo el mundo, lleno de posturas políticas y geopolíticas, rivalidades y conflictos. Las economías están en una montaña rusa, con precios al alza y baja la confianza del consumidor. No es la primera vez que el mundo se enfrenta a una agitación y una lucha generalizadas, y seguramente no será la última.

Durante mi trayectoria en el sector del buceo, hemos vivido momentos como estos e, invariablemente, algunas empresas de buceo no sobreviven, muchas otras lo logran y algunas salen adelante a duras penas. Pero, a pesar de los tiempos difíciles, un gran número de ellas crecen, prosperan y se expanden. He vivido lo suficiente como para aprender que las organizaciones y negocios débiles suelen ser destruidos por las crisis, las buenas organizaciones suelen sobrevivir y las grandes empresas a veces se fortalecen debido a ellas.

Como se señaló en la última Charla Directa, no podemos controlar la mayor parte de lo que ocurre, pero cómo respondemos y qué hacemos con lo que sí podemos controlar marca la diferencia. Algunas personas dejan que la ansiedad los paralice. Se atrincheran en modo supervivencia esperando a que las cosas pasen, y si tienen suficientes recursos y las cosas cambian lo suficientemente rápido, eso puede ser eficaz y funciona. Pero cuando las cosas se prolongan y el camino es difícil y queda mucho por recorrer, a menudo las empresas que dirigen no salen adelante.

En mi carrera, he evitado intentar esperar mucho tiempo a que simplemente pasen las circunstancias difíciles. Intento no ver la vida como una “víctima de las circunstancias.” A veces es difícil verlo, pero adoptando la perspectiva de que toda adversidad tiene oportunidades, es posible sobrevivir, crecer e incluso prosperar. La verdadera supervivencia requiere la disciplina mental de preguntarte cómo puedes hacer que un reto te beneficie.

Lo vimos durante la recesión de 2007-2009 y en la reciente pandemia. Muchos centros de buceo y resorts experimentaron una caída en clientes, pero algunos no solo sobrevivieron sino que crecieron. En lugar de preocuparse por los clientes que no tenían, se centraron en los clientes que  tenían – tanto locales como procedentes del turismo. Se preguntaron: “¿Quiénes son los clientes que están aquí y los que vienen y qué quieren?” Respuesta: Aficionados serios que ven el buceo como su principal estilo de vida, y los que tienen más recursos económicos. Estos buceadores quieren y están dispuestos a pagar más por la formación continua, las aventuras de buceo locales, los viajes de buceo, el equipo, etc. Estas empresas no bajaron los precios, sino que crearon incentivos y paquetes que mantuvieron a los buceadores entusiasmados, activos y comprometidos, ampliando e innovando en lo que estos buceadores querían. Desarrollaron programas de remisión que incentivaban compartir el buceo con los amigos. Cuando la recesión y la pandemia desaparecieron, los negocios de estos operadores despegaron porque ahora no sólo habían recuperado su clientela, sino que habían aprendido a atender mejor a cada cliente – prosperando más gracias a ello.

Hoy tenemos más formas de llegar rápidamente a nuestros clientes y establecer contactos con ellos. Hoy en día hay más de 7.000 millones de teléfonos inteligentes, más del 60% de las personas están en las redes sociales y más del 20% del negocio minorista tiene lugar en Internet – y estas proporciones son sustancialmente mayores en determinados mercados de todo el mundo.

Aunque no podemos controlar muchas cosas, uno de nuestros superpoderes es que podemos controlar cómo pensamos y reaccionamos, lo que nos brinda el poder de encontrar oportunidades en la adversidad y aprovecharlas utilizando los recursos que tenemos hoy. Hazlo en momentos como éste y sentirás el poder del fortalecimiento personal y un mejor control navegando por el camino que tienes por delante.

Atentamente,

Drew Richardson
CEO y Presidente de PADI


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