Escrito por personal de DAN
Como un profesional del buceo, la planificación, preparación y toma de decisiones cuidadosa son herramientas de gestión de riesgo clave para prevenir incidentes y lesiones durante el entrenamiento. Por ello, las “peores” lesiones que experimentan la mayoría de buceadores son a menudo golpes y moratones, los cuales se pueden cuidar fácil y rápidamente. Sabiendo que pequeños contratiempos pueden ocurrir, es importante refrescar tus habilidades de primeros auxilios de manera regular y estar listo para enfrentarte a problemas comunes. A continuación, se tratan algunos de los contratiempos a tener en cuenta y maneras de manejarlos.

Ampollas
Las ampollas y otras lesiones cutáneas son molestas y afectan a la capacidad de concentración y aprendizaje del buceador. Si no se atienden a tiempo, las ampollas pueden convertirse en problemas serios, ya que pueden empeorar e infectarse. Se hayan causado por un equipo que no estaba ajustado de manera apropiada o porque una piel sensible estuvo demasiado expuesta, trata las lesiones cutáneas y ampollas antes de que empeoren. Protégelos de la fricción usando telas de algodón o vendaje grueso. En zonas donde es particularmente difícil de que se adhiera el vendaje, considera usar tintura de benjuí u otros adhesivos médicos que mantengan el vendaje en su sitio. Evita perforar la ampolla, si posible, pero si se debe romper, usa una aguja u otro instrumento afilado y esterilizado para realizar una pequeña incisión cerca de la base de la ampolla y mantén la herida cerrada.
Heridas infectadas
Cualquier herida se puede infectar y las infecciones son particularmente preocupantes cuando los buceadores viajan. Los alumnos de buceo que tienen que soportar el estrés de viajar, una dieta diferente, sudor, suciedad y una actividad física más elevada son más propensos a que se les infecten las heridas, lo cual puede estropear unas vacaciones de buceo. Es importante estar pendiente de las heridas y cuidarlas antes de que se vuelvan problemas serios. Usa el acrónimo, SHARP (swelling o hinchazón, heat o calor, aches o dolores, redness o enrojecimiento y pus), para identificar heridas que necesiten atención médica. Si parecen señales de infección, vuelve a limpiar la herida, aplica calor húmedo (tan caliente como el paciente pueda soportar) cada 4-6 horas y cambia las vendas varias veces al día.

Hipertermia
Soportar el sol mientras estás distraído con el equipo o las preparaciones pueden generar sobrecalentamiento (hipertermia). El agotamiento por calor es el resultado de un entorno caliente combinado con una hidratación insuficiente. Personas que estén exhaustas por el calor a menudo se quejan de dolores de cabeza, náuseas y pueden presentar vómitos, sudoración elevada, piel enrojecida o pálida y desorientación. Este estado es inconveniente e inconfortable, pero se puede remediar con hidratación y descanso en un sitio fresco y a la sombra. Si se permite que siga la condición, puede derivar en una insolación, lo cual es una urgencia médica real. Una insolación es la elevación de la temperatura corporal a más de 40º C y requiere intervención inmediata. Si un buceador deja de sudar, empieza a tener calambres o se desmaya, busca atención médica inmediatamente y enfríalo de manera rápida. Retira su traje de protección y coloca hielo bajo sus brazos, cuello e ingle. Usar el aire de una botella sobre el buceador es una buena manera de reducir su temperatura mientras se le conduce a un profesional médico.
Para más información sobre prácticas de buceo y primeros auxilios, visita: DAN.org/health.